Mi 1ª columna en La Traca: LOS RODETES

Primer fascículo de mi 1ª columna en el diario La Traca:

YO YA ME LO HE QUITADO DE LA CABEZA… por Diario de una Peineta

Cuando me siento a escribir estas breves columnas para una revista de difusión gratuita, lo primero que me viene en mente es: “Irene, céntrate. Tus palabras las van a leer personas que a lo mejor no saben ni lo que es un traje de valenciana…” o por el contrario, personas que a pesar de llevar años viviendo en Valencia, no lo saben, o al menos eso parece…

Digo esto porque el traje de valenciana que se tiene como referencia,  indumentarísticamente hablando, nada tiene que ver con el que hoy en día llevamos, me incluyo, las falleras. Podría extenderme y explicar todas y cada una de sus partes y hacer una comparativa de lo que se debería llevar y lo que realmente se lleva, pero voy a ir directamente a lo más obvio, lo que el valenciano o turista de “a pie” puede apreciar cuando nos ve desfilando por las calles de la ciudad.

Se considera que el traje regional de valenciana es aquel que la mujer valenciana lucía en el siglo XVIII. Hasta aquí todo bien. Una prenda similar a un camisón como ropa interior que no se quitaban ni para dormir,  unas enaguas, una falda, un jubón o justillo en función de si era invierno o verano, un pañuelo cubriendo el pecho, y un delantal anudado a la cintura. Cabello recogido en un moño formado por un ocho central que rodea una aguja horizontal, al que se le añaden para finalizar dos trenzas, y la peineta. Punto. Sin más. Una época clave para la industria valenciana y para la industria textil de la seda que favoreció el uso  de telas elaboradas con este producto, y es por ello que se toma como referencia indumentarística.

Pero la realidad es que entre el siglo XVIII y el XXI, han pasado 3. Y a lo largo de ellos el “culo veo, culo quiero” hizo estragos en la mayoría clases sociales que intentaban imitar a la nobleza y a las cortes de la manera que buenamente se podía… Siempre con la riqueza de tejidos con la que se nos caracterizaba. De ahí surge la moda del famoso “rodete”, ese moño lateral que desde ese instante no hemos conseguido quitarnos… Los justillos y jubones empiezan a meterse por dentro de las faldas, y las mangas de camisa interior que se asoman por ellos, se convierten en mangas de seda de la misma materia que forma parte mas ceñida del cuerpo.

Llega a nuestra ciudad una época de mucho esplendor pasando por la Exposición Regional de 1909, y es entonces cuando las bellezas valencianas (miss valencia actualmente) debe vestir una indumentaria que la caracterice como “valenciana”, y todo, absolutamente todo lo que se le ha ido incorporando a lo largo de estos 3 siglos, se le planta encima a nuestra “Señorita Valencia”.

Esta figura es la que a día de hoy se conoce como la Fallera Mayor de Valencia, que con el paso del tiempo, y con la aparición de la fiesta de las Fallas, adquirió mucha relevancia. Y de ahí el famoso “Traje de Fallera” o “de farol”, con sus acordes rodetes a los lados.

A día de hoy, la historia y los grandes indumentaristas que la conocen, y me sobran dedos de la mano para contarlos, nos han hecho llegar toda esta información. Y se ha querido despojar del traje de valenciana, el del siglo XVIII, todos los añadidos extra que fuimos cogiendo a lo largo de estos 3 siglos. En lo que a ropaje respecta, se está consiguiendo… Se están haciendo verdaderas reproducciones de modelos de jubones y justillos antiguos, pero hay algo que no conseguimos quitarnos de la cabeza… Esos “dos rodetes” postizos añadidos…

Y os preguntaréis, ¿¿por qué?? Pues la respuesta es fácil. Si la mujer valenciana del siglo XVIII decidió imitar a la nobleza y a la corte… La mujer valenciana del siglo XXI, sique imitando a “La Corte de Honor y a sus Falleras Mayores de Valencia”. Mientras Junta Central Fallera siga considerándolo elemento esencial en el traje de valenciana del siglo XVIII, no habrá quien deje de llevarlos…

Bueno corrijo, yo lo he hecho. Mi oportunidad de formar parte de la Corte 2014 se desvaneció el pasado mes de Septiembre, y ese día decidí que ya no los iba a llevar nunca con el traje del Siglo XVIII. Si me pongo el de fallera, por supuesto me los pondré. ¿Y vosotras?

16 de Marzo de 2014